
En un movimiento que sacude los cimientos del comercio internacional, el expresidente Donald Trump ha anunciado la imposición de «aranceles recíprocos» a países aliados y adversarios de Estados Unidos. Esta medida, calificada por algunos como una declaración de guerra comercial, promete un impacto significativo en la economía global. Trump justifica su decisión argumentando que si otros países imponen aranceles a productos estadounidenses, Estados Unidos responderá con la misma intensidad. «Si nos imponen un arancel o un impuesto, nosotros les imponemos exactamente el mismo nivel de arancel o impuesto, es así de sencillo», afirmó el expresidente.
Aliados y rivales en la mira
La estrategia de Trump no discrimina entre aliados y adversarios. De hecho, el expresidente considera que algunos aliados son incluso «peores que nuestros enemigos» en temas comerciales, señalando a la Unión Europea como particularmente «brutal». Esta afirmación ha generado preocupación y desconcierto a nivel internacional, ya que pone en tela de juicio las relaciones comerciales tradicionales y las alianzas estratégicas.
Precios al alza, pero con esperanza de baja
Trump reconoció que la medida podría provocar un aumento en los precios de los productos, pero expresó su confianza en que estos disminuirían con el tiempo. Sin embargo, esta afirmación es recibida con escepticismo por muchos analistas económicos, quienes prevén un impacto negativo en el consumidor estadounidense y una escalada de la tensión comercial.
Más allá de los aranceles aduaneros
El plan de Trump va más allá de los aranceles aduaneros tradicionales. También contempla la imposición de represalias contra barreras no arancelarias, como regulaciones que perjudican a las exportaciones estadounidenses o los impuestos al valor añadido (IVA) cobrados por otros países. Se trata de una estrategia agresiva que busca igualar las condiciones de comercio, incluso si esto implica un incremento en los conflictos comerciales.
Una revisión exhaustiva de las relaciones comerciales
Un funcionario de la Casa Blanca detalló que Trump ha solicitado una revisión exhaustiva de las disparidades comerciales entre Estados Unidos y el resto del mundo. Esta revisión, que podría durar semanas o meses, servirá para identificar y aplicar aranceles «recíprocos» y «personalizados» a cada país. El objetivo es una política comercial más agresiva, con Estados Unidos en primer plano, como lo resume Peter Navarro, asesor comercial e industrial de Trump: Estados Unidos tiene un déficit comercial «de más de un billón de dólares porque las principales naciones exportadoras del mundo están atacando nuestros mercados con aranceles punitivos y barreras no arancelarias aún más punitivas.»
Un golpe a las economías emergentes
Esta política de «ojo por ojo» perjudica especialmente a los países emergentes que suelen aplicar aranceles altos para proteger sus economías. Brasil, Tailandia e India son ejemplos de países que podrían verse significativamente afectados por la medida. India, por ejemplo, aplica un arancel del 25% a los automóviles estadounidenses, lo que podría provocar una represalia similar por parte de Estados Unidos.
Las consecuencias económicas
Expertos advierten que la estrategia de Trump podría tener consecuencias negativas para la economía estadounidense. Se prevén represalias de otros países, posibles boicots y un aumento de los precios para los consumidores. Algunos analistas incluso pronostican que algunos países podrían intentar desligarse del mercado estadounidense. La inflación, que ya fue un factor clave en la victoria electoral de Trump, podría volver a ser un factor determinante en el escenario político futuro.
Fuente: Gestión.pe