
En el Perú, el Día de la Madre es una fecha importante, pero una realidad impactante emerge de las estadísticas: el 40% de las mujeres peruanas abandonan el mercado laboral tras la llegada de su primer hijo. Este fenómeno, conocido como «penalidad por maternidad», tiene profundas implicaciones económicas y sociales, afectando no solo a las madres sino al desarrollo del país en su conjunto.
El alto costo de la maternidad en el mercado laboral
Según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el 67% de las madres participan en la fuerza laboral, pero una gran parte lo hace en la informalidad. Casi la mitad de las madres trabajadoras (48.8%) son independientes, muchas veces emprendedoras, mientras que alrededor del 10% trabaja en el hogar sin remuneración. Esta precariedad laboral dificulta la conciliación entre la vida familiar y profesional, una carga que recae mayoritariamente sobre las mujeres.
Desigualdad salarial y brechas regionales
La brecha salarial entre hombres y mujeres en el Perú es significativa. El Instituto Peruano de Economía (IPE) estima que, en 2024, por cada sol que gana un hombre, una mujer percibe solo 76 céntimos. Esta disparidad es aún mayor en algunas regiones, alcanzando el 38% en Cajamarca. La formalización laboral se presenta como un factor clave para reducir esta desigualdad, aunque la realidad para muchas madres peruanas permanece lejos de la equidad.
Consecuencias a largo plazo
La «penalidad por maternidad» no se limita al momento del nacimiento. Un estudio indica que diez años después, el 41% de las mujeres que dejaron su trabajo tras el primer hijo no han regresado al mercado laboral. Esta situación impacta en sus ingresos, oportunidades de crecimiento profesional y acceso a pensiones en el futuro. La sobrecarga de trabajo doméstico y de cuidado, que comienza desde temprana edad (a los 22 años las mujeres dedican tres horas más al día que los hombres a estas tareas) limita sus opciones educativas y profesionales. En 2023, el 28% de las mujeres jóvenes (18-29 años) no estudiaban ni trabajaban, el doble que los hombres.
Desigualdades regionales y violencia de género
El Índice Regional de Brechas de Género del IPE revela marcadas diferencias entre las regiones. Moquegua presenta brechas menores en educación y participación política, en comparación con Cajamarca, donde se observan las mayores disparidades en empleo e ingresos. En 19 de las 25 regiones, más de la mitad de las mujeres han experimentado violencia, un factor que afecta su autonomía personal y económica.
La necesidad de un cambio integral
La situación de las madres trabajadoras en el Perú demanda una respuesta integral. Ampliar programas de cuidado infantil, prevenir el embarazo adolescente y promover la representación femenina en cargos de toma de decisiones son medidas cruciales. Sin embargo, estas acciones deben ir acompañadas de una mayor inversión en empleo formal y condiciones laborales justas que permitan a las mujeres conciliar su vida familiar y profesional sin sacrificar sus aspiraciones.
Superar la «penalidad por maternidad» no solo beneficiará a las mujeres, sino que impulsará el desarrollo económico del país. El Día de la Madre debe ser una oportunidad para reflexionar sobre esta problemática y comprometernos con la construcción de un futuro equitativo donde la maternidad no sea un obstáculo para el desarrollo profesional de las mujeres.
Fuente: Gestión