
El Parlamento iraní ha solicitado el cierre del Estrecho de Ormuz, un paso marítimo crucial para el comercio mundial de petróleo y gas. Esta decisión, que aún debe ser aprobada por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional, ha generado una gran preocupación internacional, especialmente en medio del creciente conflicto entre Estados Unidos e Irán, exacerbado por los recientes ataques aéreos estadounidenses contra instalaciones nucleares iraníes.
La medida es una respuesta a los bombardeos estadounidenses en las instalaciones nucleares de Fordó, Natanz e Isfahán. El general Esmaeil Kowsari, miembro del Comité de Seguridad del Parlamento iraní, declaró que el hemiciclo llegó a un consenso para cerrar el estrecho, aunque la confirmación oficial depende del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, el cual incluye al presidente iraní y figuras clave de las fuerzas de seguridad.
¿Por qué es tan importante el Estrecho de Ormuz?
El Estrecho de Ormuz es un punto estratégico de vital importancia para la economía global. A través de sus aguas, se transporta aproximadamente el 20% de la producción mundial de petróleo y gas. Cada día, un promedio de 13 buques cisterna cruzan el estrecho, transportando más de 15 millones de barriles de petróleo. Un cierre del estrecho tendría consecuencias catastróficas para el mercado energético mundial, provocando un aumento significativo en los precios del petróleo y afectando la estabilidad económica global.
Irán ha amenazado con bloquear el tránsito marítimo en varias ocasiones en el pasado, principalmente en respuesta a las sanciones impuestas por Estados Unidos. Si bien estas amenazas no se han concretado, la situación actual, con tensiones entre Irán, Estados Unidos e Israel, es extremadamente delicada. Los ataques a buques petroleros en años recientes, algunos atribuidos a Irán, ya han generado inestabilidad en la zona.
La apertura de una terminal de exportación de petróleo en Jask, en el mar de Omán, en 2021, representó un intento de Irán de diversificar sus rutas de exportación y reducir su dependencia del Estrecho de Ormuz. Sin embargo, el Estrecho sigue siendo el principal corredor de transporte de crudo en la región.
La decisión del Parlamento iraní aumenta considerablemente la tensión geopolítica. El potencial cierre del Estrecho de Ormuz no solo tendría graves consecuencias económicas a nivel global, sino que también podría escalar el conflicto entre las potencias involucradas. La situación requiere una cuidadosa gestión diplomática para evitar una crisis humanitaria y económica de proporciones masivas. La comunidad internacional observa con atención el desarrollo de los acontecimientos.
El cierre del estrecho, si llega a producirse, impactaría significativamente el suministro de petróleo a nivel mundial, generando una incertidumbre económica sin precedentes. Los países dependientes de las importaciones de petróleo del Golfo Pérsico se verían especialmente afectados, llevando a un incremento en los costos de energía y afectando a diversas industrias.
La situación es volátil y el desarrollo de eventos posteriores es impredecible. La atención global está puesta en la respuesta del Consejo Supremo de Seguridad Nacional iraní y en las medidas que tomarán los países afectados por esta situación.
Fuente: Gestión