
El Congreso peruano aprobó en primera votación una nueva Ley Agraria que ha generado gran expectativa y debate. Uno de los puntos más controversiales, y que sin duda ha llamado la atención de productores agrícolas de todos los tamaños, es el cambio en el Impuesto a la Renta (IR).
¿Qué cambios trae la nueva Ley Agraria en el Impuesto a la Renta?
La propuesta establece una tasa de IR reducida del 15% para las empresas del sector agrario, tanto pequeñas como grandes, entre los años 2026 y 2035. Esto representa una significativa reducción frente a la tasa del Régimen General, que se ubica en el 29.5%. A partir de 2036, se espera que la tasa vuelva al régimen general.
Esta medida busca impulsar el desarrollo del sector agrícola, proporcionando un alivio tributario a las empresas del rubro. Sin embargo, la decisión ha sido recibida con diversas opiniones. Algunos analistas económicos apuntan a las posibles consecuencias a largo plazo, incluyendo la sostenibilidad del sistema tributario y el impacto en las inversiones públicas.
Beneficios y Controversias de la Medida
Los defensores de la ley argumentan que la reducción temporal del IR atraerá inversiones, fomentará la competitividad y generará crecimiento económico en las zonas rurales. Se espera que esto se traduzca en más empleos y una mayor producción agrícola. Se destaca que este periodo de reducción permitiría al sector adaptarse a un escenario de mayor competitividad global.
Por otro lado, las críticas se centran en la posible pérdida de recaudación fiscal y el riesgo de que la reducción no se traduzca en los beneficios esperados. Se cuestiona si el periodo de gracia es suficiente, y si se tomarán las medidas necesarias para asegurar una transición suave al sistema de IR general en 2036.
El Futuro de la Ley Agraria
La aprobación en primera votación es un paso crucial, pero la ley aún debe enfrentar debates adicionales. Existe un pedido de reconsideración del voto, lo que sugiere que el proceso legislativo aún tiene varias etapas por delante. La discusión continuará incluyendo las implicaciones para los pequeños productores y la posibilidad de que se introduzcan modificaciones durante el proceso legislativo.
En resumen, la nueva Ley Agraria peruana, con su controvertida medida de reducción del IR, plantea un panorama complejo. El debate sobre sus beneficios y riesgos promete continuar, marcando un punto de inflexión para el sector agrícola del país en los próximos años. El tiempo dirá si esta medida resulta efectiva para estimular el crecimiento o si tendrá consecuencias imprevistas para la economía nacional.
La implementación de esta ley demandará un monitoreo constante para evaluar su impacto en el sector agrícola y en la economía en general. Serán cruciales los mecanismos de control y la evaluación continua para determinar si las expectativas son cumplidas y si las medidas implementadas necesitan ajustes.
Fuente: Gestión.pe