
Un escándalo sacude al icónico Santuario de Machu Picchu. A pesar de que existen alrededor de 1000 entradas físicas disponibles diariamente, solo se venden entre 350 y 400, según reveló Juan Stoessel, vicepresidente de la Cámara de Turismo de Cusco. Esta situación genera largas colas, una pésima imagen para el destino turístico en redes sociales y, lo que es más grave, favorece a un grupo reducido de operadores turísticos locales en detrimento del turismo nacional e internacional.
Un sistema que perjudica al turismo
Stoessel denunció que el sistema actual de venta de entradas no solo crea una experiencia frustrante para los turistas, sino que también les perjudica económicamente. Muchos visitantes que no consiguen entradas online son dirigidos a las ventanillas de Aguas Calientes con la promesa de obtener un pase. Sin embargo, al llegar, se encuentran con la desagradable sorpresa de que no hay disponibilidad para el mismo día, obligándolos a extender su estadía y gastar más dinero en alojamiento y otros servicios en Aguas Calientes.
El Ministro de Cultura al tanto de la situación
Según Stoessel, el Ministro de Cultura, Fabricio Valencia, está al tanto de esta práctica engañosa. El vicepresidente de la Cámara de Turismo afirma que el ministro sabe que las entradas no se venden para el mismo día, creando una situación de engaño deliberado a los turistas.
Daño a la reputación internacional de Perú
Esta situación no solo perjudica a los turistas que visitan Machu Picchu, sino que también afecta la reputación internacional de Perú como destino turístico. Los operadores turísticos internacionales dudan en promover el país ante la imposibilidad de garantizar la entrada de sus clientes al Santuario. Esta situación disminuye la competitividad del Perú frente a otros destinos turísticos mundiales.
Falta de inversión en Machu Picchu
Stoessel también criticó la falta de inversión en Machu Picchu a pesar de los elevados ingresos generados. El año pasado, el santuario recaudó 240 millones de soles, pero estos fondos parecen destinarse principalmente a planillas, sin realizar las mejoras necesarias para mejorar la experiencia del turista. Se menciona la falta de implementación de un plan validado por la Unesco desde 2015, que incluía un centro de interpretación y nuevos accesos para optimizar el flujo de visitantes.
Consecuencias económicas y la necesidad de un cambio
El impacto económico es considerable. Perú aún no ha recuperado los niveles de turismo prepandemia. En 2019 se recibieron 4.4 millones de turistas, mientras que en 2024 fueron 3.2 millones. Este año se espera un ligero crecimiento, pero la situación de Machu Picchu sigue siendo un obstáculo significativo. La solución propuesta por Stoessel es simple: adoptar un modelo de venta totalmente online, liberando solo las entradas no vendidas en la plataforma para su venta física en las boleterías.
La situación en Machu Picchu exige una solución urgente para evitar un daño mayor a la imagen del destino y a la economía peruana. La falta de transparencia y la aparente connivencia entre las autoridades y algunos operadores turísticos locales deben investigarse a fondo.
Fuente: Gestión