
El nuevo terminal del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, inaugurado recientemente, enfrenta serios problemas que están causando largas demoras y frustración entre los pasajeros. A solo tres días de su apertura, se han reportado fallos significativos en el sistema de escaneo de equipaje en vuelos internacionales, generando enormes filas y retrasos considerables.
Según reportes, solo dos de los múltiples escáneres de equipaje están operativos, y uno de ellos presenta fallas intermitentes. Esta situación concentra a cientos de pasajeros en una única máquina, creando esperas que se extienden hasta 30 minutos. La congestión se inicia desde el área de atención a pasajeros, creando un cuello de botella que afecta significativamente el flujo de viajeros.
Más que problemas de escaneo: un panorama complejo
Las dificultades con el escaneo de equipaje se suman a una serie de otros problemas que están afectando la operación del nuevo terminal. En días previos, se registraron cancelaciones de vuelos y retrasos, dejando a miles de pasajeros varados. Adicionalmente, se han denunciado problemas de suministro de combustible, lo que pone en evidencia una serie de deficiencias en la infraestructura y la logística del nuevo aeropuerto.
La situación ha generado preocupación entre las autoridades y las aerolíneas. El Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) ha respondido a las quejas sobre el desabastecimiento de combustible, pero la falta de funcionamiento óptimo de los sistemas de seguridad, como el escaneo de equipaje, es una falla grave que pone en riesgo la experiencia del pasajero y la eficiencia del aeropuerto.
El incidente con los escáneres de equipaje es particularmente preocupante, ya que afecta directamente la seguridad de los vuelos. La capacidad reducida para revisar el equipaje de manera eficiente representa un riesgo potencial y genera un gran impacto negativo en la imagen del nuevo terminal.
El concesionario en el ojo del huracán
Lima Airport Partners (LAP), la empresa concesionaria a cargo de la operación del aeropuerto, está bajo intensa presión para solucionar estos problemas. El principal accionista de LAP, la empresa alemana Fraport AG, también se encuentra en el centro de la controversia. Se espera que LAP implemente medidas urgentes para corregir las deficiencias reportadas y garantizar una operación fluida y segura en el nuevo aeropuerto.
La situación pone de manifiesto la importancia de una planificación y ejecución cuidadosa de proyectos de infraestructura de gran envergadura como el nuevo terminal del Aeropuerto Jorge Chávez. La falta de previsión y la posible subestimación de los desafíos operativos han resultado en una serie de inconvenientes que afectan a miles de pasajeros diariamente.
El MTC ha anunciado investigaciones y ha solicitado a Ositran evaluar los requisitos técnicos relacionados con el suministro de combustible, pero la solución a largo plazo requiere una revisión exhaustiva de los procesos y una mejora significativa en la gestión de la infraestructura y las operaciones del aeropuerto.
Mientras tanto, los pasajeros que planean viajar a través del Aeropuerto Jorge Chávez deben tener en cuenta estos retrasos y planificar sus viajes con anticipación, considerando posibles demoras significativas en el proceso de embarque.
Fuente: Gestión