
El discurso de Dina Boluarte por Fiestas Patrias desató una ola de especulaciones, pero un detalle crucial pasó desapercibido para muchos: la confirmación de la compra de 24 aviones de combate de última generación para la Fuerza Aérea del Perú (FAP). Esta adquisición, que representa una inversión histórica de US$ 3,500 millones, busca modernizar la flota actual de cazas Mirage 2000 y MiG-29, en servicio desde la década de 1980 y 1990.
Una compra estratégica
Si bien el Presidente del Consejo de Ministros inicialmente había indicado que solo se trataba de una intención, el discurso oficial enviado por Palacio de Gobierno, aunque no leído en su totalidad por la mandataria, confirmó la compra. El texto resalta la necesidad de fortalecer la capacidad de disuasión del país mediante la adquisición de estos sistemas estratégicos. El anuncio se realizó en medio de especulaciones sobre las opciones disponibles: Saab Gripen E (Suecia), F-16V Block 70/72 de Lockheed Martin (EE.UU.) y Rafale F4 de Dassault (Francia).
Detalles de la compra
El plan contempla la adquisición de 20 aviones monoplaza y 4 biplaza, junto con soporte logístico, armamento y simuladores de vuelo. El financiamiento se realizará a través de endeudamiento interno, con un desembolso de aproximadamente US$ 2,000 millones en 2025 y US$ 1,500 millones en 2026. Se espera que las primeras 3 aeronaves estén operativas antes de julio de 2026.
El Gripen E como favorito
Aunque las tres opciones presentan ventajas significativas, informes recientes apuntan al Saab Gripen E como el candidato más probable. Sus características, como velocidades superiores a 2,400 km/h y propuestas de transferencia tecnológica y ensamblaje parcial en Brasil, lo posicionan como una opción atractiva. Sin embargo, la alta experiencia de combate del F-16V y la tecnología y continuidad de los Mirage con el Rafale F4, podrían inclinar la balanza en los próximos días.
Más allá de los aviones
Boluarte también anunció en su discurso otros puntos importantes para la modernización de las Fuerzas Armadas. La participación de empresas estatales peruanas en procesos de coproducción y ensamblaje, así como la presentación de un proyecto de ley para promover la industria de defensa como política de Estado, destacan como parte de esta estrategia de fortalecimiento.
Una inversión histórica
La compra de estos 24 aviones de combate representa una inversión sin precedentes en la historia del Perú. Más allá del costo, la operación envía un mensaje claro sobre la estrategia de defensa y soberanía del país. Se busca recuperar una capacidad aérea que se ha visto disminuida por el uso continuo de aviones antiguos y desfasados durante casi medio siglo. La modernización de la FAP es una apuesta importante para el futuro de la defensa nacional.
Fuente: Gestión