
El paro indefinido de mineros informales en Arequipa, Perú, continúa intensificándose. Ya lleva más de dos semanas, generando bloqueos en carreteras y una situación crítica en la Panamericana Sur, donde la paralización alcanza nueve días consecutivos.
Demandas de los mineros
Los manifestantes, pertenecientes a la Confederación Nacional de Pequeña Minería y Minería Artesanal del Perú (Confemin), exigen la reincorporación de 50,000 mineros al Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo) y la aprobación de la Ley MAPE. La negativa del Congreso a aprobar esta última ley ha exacerbado el descontento.
Consecuencias del bloqueo
En Ocoña, el bloqueo total de la carretera Panamericana Sur, a cargo de aproximadamente 4,000 mineros, ha generado una fila de vehículos varados de más de 25 kilómetros. La situación se agravó con la muerte de un conductor que cayó por un barranco mientras esperaba el desbloqueo. La respuesta policial ha sido limitada, con solo 60 agentes en la zona, sin el apoyo de unidades especializadas.
Los bloqueos también afectan otras zonas de Arequipa, como el puente Uchumayo y Caravelí, impactando el abastecimiento de alimentos, combustible y el transporte de minerales. Las empresas de transporte han suspendido sus servicios al sur, aumentando los costos de transbordo.
Impacto económico y postura del gobierno
El paro ha causado pérdidas económicas estimadas en S/ 400 millones a nivel nacional. El Congreso sigue debatiendo posibles extensiones del Reinfo. El gobierno, a través del Ministerio de Energía y Minas, ha instado al diálogo, pero hasta el momento no ha logrado resultados.
Amenazas y futuro incierto
Los líderes de Confemin denuncian la falta de soluciones reales por parte del gobierno y reiteran su deseo de formalizar su actividad minera. Mientras tanto, los mineros amenazan con ampliar los bloqueos a zonas más cercanas a la ciudad de Arequipa, lo que agravaría aún más la situación.
El conflicto entre los mineros informales y el gobierno peruano continúa sin una solución a la vista, dejando un panorama incierto para la economía y la seguridad de la región. Las negociaciones se encuentran estancadas y la tensión social permanece alta, con el riesgo de que la situación se deteriore aún más.
La situación se mantiene tensa y las consecuencias del paro podrían extenderse a otras áreas del país si no se logra un acuerdo pronto. La falta de diálogo efectivo entre las partes involucradas hace que el futuro de la situación se vea incierto.
Fuente: Gestión