
Una decisión que sacude al mundo: Donald Trump ha pedido el cierre de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la mayor agencia de cooperación internacional del mundo. Esta medida, ejecutada con la eliminación física del letrero de su sede en Washington, deja en incertidumbre miles de programas de ayuda cruciales para millones de personas en más de 120 países. El impacto podría ser devastador, poniendo en jaque la salud, la seguridad alimentaria y el desarrollo económico de naciones vulnerables.
El anuncio ha generado una ola de críticas. Samantha Power, quien dirigió la USAID bajo la administración Biden, lo calificó como uno de los «peores y más costosos errores de política exterior» en la historia de Estados Unidos. Señala que la decisión compromete la seguridad nacional y la influencia global del país, y que beneficia a regímenes autoritarios y a competidores como China.
Un recorte drástico
La USAID, con un presupuesto anual superior a los US$ 40 mil millones (42% de la ayuda humanitaria mundial en 2023), financia programas vitales en áreas como salud, asistencia en desastres naturales y desarrollo económico. El plan de Trump implica un recorte masivo de personal, reduciendo la plantilla de aproximadamente 10,000 empleados a menos de 300, según reportes de medios como The New York Times. Esta reducción drástica implica la paralización de muchos programas de ayuda a nivel mundial.
Implicaciones globales
El cierre de la USAID tendrá consecuencias significativas para América Latina, donde la agencia invirtió más de US$ 1,700 millones en 2023, con Colombia, Haití, Venezuela y Guatemala como principales beneficiarios. La suspensión de fondos dejará a millones de personas sin acceso a servicios esenciales, agravando problemas de salud, pobreza y desigualdad.
El apoyo de la USAID se extiende a áreas críticas como la respuesta a emergencias sanitarias, programas de desarrollo económico y la protección de los derechos humanos. Su eliminación podría exacerbar las tensiones políticas y sociales en países ya inestables, creando un vacío que otros actores, potencialmente con agendas menos altruistas, podrían llenar.
La respuesta de Musk
El multimillonario Elon Musk, responsable de una comisión para recortar el gasto público bajo la administración Trump, respaldó la decisión, calificando a la USAID como un “nido de víboras de marxistas de izquierda radical que odian a Estados Unidos”. Sin embargo, las críticas internacionales a esta medida son contundentes, destacando la importancia de la USAID como herramienta de poder blando y su papel en la ayuda humanitaria global.
Acciones legales
El sindicato que representa a los empleados de USAID ha anunciado acciones legales, argumentando que la decisión de desmantelar la agencia no corresponde al poder ejecutivo, sino al poder legislativo. La controversia legal y política continúa, con el futuro de la agencia y el destino de la ayuda humanitaria en juego. La eliminación física del letrero de la USAID refleja la determinación del gobierno Trump en desmantelar la agencia, un hecho simbólico que encapsula el impacto de esta controversial decisión.
El cierre de la USAID, más allá de las disputas políticas, representa una decisión con profundas consecuencias humanitarias y geopolíticas, con implicaciones de largo alcance para la estabilidad global y el acceso a ayuda esencial en países en desarrollo.
Fuente: Gestión